lunes, agosto 14, 2006

Un hombre de verdad

Un hombre de verdad no come pescado ni verdura. Ni dulce. La dieta mediterránea es para los enfermos y los maricones.

Un hombre de verdad no se lava. La higiene es para las mascotas y los maricones.

Un hombre de verdad no hace regalos. Ni los acepta. Los regalos son para las rameras y los maricones.

Un hombre de verdad no lee. La literatura es para los gandules y los maricones. Un hombre de verdad nunca citaría a Proust porque un hombre de verdad no habla. La conversación es para las mujeres. El vocabulario para los maricones.

Un hombre de verdad no besa a los niños. Ni a las mujeres. Los besos son para las viejas y los maricones.

La picha de un hombre de verdad siempre está tiesa pero un hombre de verdad no hace el amor. No le gusta. El sexo es para los menesterosos y los maricones.

Un hombre de verdad no piensa. El pensamiento es para los cobardes y los inválidos.
Y para los maricones.

Un hombre de verdad no nace en el sur. Ni en el este. Ni en Europa.

Un hombre de verdad nunca ha visto el mar. Ni las estrellas